sábado, 11 de diciembre de 2010

Gaturro 3D

Gaturro la pelicula

No sé cómo pasa, pero hay personajes que toman vida propia. Gaturro tiene ángel más allá del talento de su creador y es capaz de vivir fuera del mundo de la historieta porque los chicos lo adoptan como algo existente. Esta identificación y este gran cariño hacia el personaje nos excedió a todos y nos empujó a ir más allá con la película", reconoce Gustavo Cova, director del film en 3D que le permitirá al felino animado dar su gran salto al cine.

Resulta imposible imaginar los cachetes de Gaturro en otra dimensión que no sea la de 3D, estirándose como un chicle, listos para que todos intenten tocarlos. Y es por eso que Nik, el padre de la criatura, junto a Illusion Studios, decidieron embarcarse en un ambicioso proyecto: el de dar luz verde a una película animada en tercera dimensión que, según el productor José Luis Massa, "marcará una bisagra en el tipo de animación que se puede hacer en América latina. No sólo por el resultado -no hay duda de que va a sorprender-, sino porque tomamos el modelo de fabricación europeo, apoyándonos en coproducciones. Nosotros lo hicimos con Toonz Entertainment, de la India, y Anima Estudios, de México".

Con un presupuesto que superó los 3 millones y medio de dólares y casi cuatro años de intenso trabajo, el 9 de septiembre llegará a los cines Gaturro, la película. "Sinceramente, no esperaba ver algo así cuando empezamos a esbozar la idea, hacia finales de 2006 -asegura Nik-. El 3D estaba empezando y nos preguntábamos si lo íbamos a lograr. Soy el primer sorprendido, y hay que asombrar al autor, ¿no?"

El primer paso para realizar cualquier film es la realización del guión. "La base es volver a contar buenas historias -apunta Cova, responsable de llevar a Boogie, el clásico personaje de Fontanarrosa, al cine-, porque si no tenés un buen esqueleto, de nada van a importar todos los gaturros que hagas salir de la pantalla; te lo digo como buen espectador pochoclero que soy." La tarea de contar quedó en manos del propio Nik, Laura Losoviz (mujer y mano derecha del autor), Adriana Lorenzón (Por amor a vos y Montecristo), Esteban Garrido, Mariano Podestá (ambos de Mosca & Smith) y Belén Wedeltoft (Los Roldán). "La historia tiene todos los condimentos, y lo más importante es que Gaturro no perdió la esencia -asegura José Luis Massa, cabeza de Illusion Studios y director del éxito animado Patoruzito-. Laura y Nik sacaron punta a sus lápices y sumaron sus ideas." Para que todo resulte según lo previsto, contaron con el apoyo de un script doctor norteamericano, una especie de arreglador, que por lo general se contrata para mejorar diálogos y tempos. Usualmente no se los nombra en los créditos a cambio de un alto salario. Por los pasillos se rumorea que se trata de uno de los guionistas del superéxito Lilo y Stitch .

"Hicimos un gran trabajo de depuración hasta llegar a una historia que nos convenciera a todos -reconoce Cova-, porque desde el vamos buscamos hacer una película que se mereciera tanto Gaturro como el espectador. Hubo muchas idas y venidas, pero lo conseguimos."

-Claramente, el film tiene proyección internacional. Que sea así, ¿modificó la manera de pensar la historia?

Cova: -Sí y no. Cuando se "internacionaliza" un producto, por lo general se tiende a "pausterizarlo", a dejarlo sin gusto. En cambio, cuando uno entiende lo importante de cuidar la esencia, se puede trabajar con los códigos internacionales y con lo que requiere la historia en sí. Por eso, Nik y Laura siguieron con una lupa muy grande el guión para que ninguno de los personajes perdiera su idiosincrasia. No se trata de una historia rebuscada; al contrario, es un cuento universal que habla del amor, de la ambición, de esta necesidad de gustar al otro a través de los estereotipos.

Y ahí está Gaturro intentando conquistar a su inalcanzable Agatha. Sin esperanza alguna, el pobre gato buscará transformarse en alguien famoso, poderoso, imbatible... Todo por ella.

"Quisimos dejar un mensaje positivo entre tanta porquería que hay dando vuelta; digo, entre tantos mensajes distorsionados que se manejan hoy en los medios, donde todo lo que brilla es superfluo, cuando en realidad lo realmente importante va por otro camino -analiza Cova-. Buscamos volver a esos valores, a ese mensaje de contención familiar, de afecto, sin caer en lo pacato; al contrario, lo hicimos desde el humor y la aventura."

"Los chicos de hoy creen que ser famoso es un mérito -reconoce Nik-. De hecho, cuando les preguntas qué quieren ser cuando sean grandes, no dudan en contestarte: famoso. En la película manejamos el contramensaje: al comienzo, Gaturro quiere hacerse famoso para conquistar a Agatha, pero después se da cuenta de que en realidad eso es superfluo."

El gato que habla
Uno de los mayores desafíos fue el de ponerle voz a Gaturro. "No sólo se trata de lo que yo imaginaba -comenta Nik-, sino de lo que un montón de chicos esperan. Hay mucha expectativa alrededor de su voz. Por suerte, hicimos varios testeos y el resultado fue positivo. Nadie dijo «esa no era la voz que esperaba»."

-¿Pensaron en contar con la voz de un actor conocido?

Nik: -Las películas argentinas que vi con voces de famosos no me convencieron del todo. Por lo general, suelo relacionar al personaje con el actor. Además, ¿quién podía hacer de Gaturro? Pero, más allá de esto, creo que los chicos están muy acostumbrados a la voz semineutra de los canales infantiles de la tele.

Tras un intensivo casting de voces, se encontró la ideal para el gato naranja. "Fue un casting tremendo; llegamos a probar a más de 250 personas para no elegir a más de quince -apunta Cova-. Se armó un verdadero dream team. Nos sorprendió el excelente profesionalismo de todos los que se presentaron. Hay mucho talento. No fue fácil."

Mariano Chiesa se quedó con el personaje de Gaturro; Agustina González Cirulnik, con el de Agatha; Gustavo Bonfigli, con Daniel; Valeria Gómez, con Valeria; Lucila Gómez, con Luz, y Mara Campanelli, con Agustín. "Chiesa es un genio: fue increíble trabajar con él; aportó muchísimo -elogia Cova-. No hay duda de que ya es un Pelusa Suero (el hombre que le puso voz a Larguirucho, Pucho, Neurus, entre tantos clásicos animados), pero con los cachetes inflados."

De manera casi natural el Gaturro del papel hizo su ingreso en el cine. "No fue algo forzado; hace años que venimos trabajando en este proyecto -reconoce Nik-. Este es el resultado de una transformación que se viene dando desde la gráfica misma, desde que Gaturro se fue acercando a los chicos, a la cosa más familiar. En ese proceso, la historieta comenzó a tener un enfoque más de dibujo animado; nunca fue algo estático, porque los chicos tienen un encuadre muy audiovisual, una forma de ver muy distinta de la que teníamos nosotros cuando leíamos a Mafalda o a Astérix. Gaturro, de alguna forma, representa este nuevo enfoque. Intenté desde el papel volcarlo un poco más hacia ese lado, no desde lo volumétrico, pero sí desde la acción, desde el gag, desde el exceso de movimiento. Gaturro es como una pelotita que rebota para todos lados; nunca fue un personaje que sólo camina y piensa."

Y todo ese exceso de movimiento de la gráfica fue trasladado al cine y aprovechado al máximo. "El proceso de animación es arduo y varía de acuerdo con la técnica que utilices -explica Cova-. Pero, como en todo medio audiovisual, el objetivo es contar una buena historia. Cuando tenés eso, ponés manos a la obra y te valés de todas las herramientas técnicas para contar lo mejor posible; es un proceso largo en el que trabajaron más de 200 personas en total, repartidas entre Buenos Aires, India y México."

En plena época de globalización y avances tecnológicos, los productores de Gaturro, la película apostaron por la tercerización y el trabajo en red. "Ya no es necesario tener a todos agrupados en un mismo galpón -añade Nik-. Estuvimos permanentemente en contacto con la gente de la India y de México, y el resultado es más que óptimo."

Hablar de animación 3D hecha en la Argentina aún despierta cierta desconfianza en el público local. La comparación con los grandes estudios es inevitable. "Trabajamos mucho por esta película -dice Cova, determinante-. No queremos que nada salga mal; no queremos decepcionar a nadie. Odio que alguien salga del cine y diga «uf, otra película argentina». Entiendo cómo es el medio y sé que los culpables somos nosotros, los directores, los productores, los que hemos hecho películas a espaldas del público. No digo que todas deban ser pochocleras; pueden ser herméticas, chiquitas y festivaleras, pero no les faltes el respeto. Hay que hacer bien las cosas, y uno debe ofrecerlo todo. La apuesta es grande: los chicos van a ir al cine, se van a colocar los anteojitos y van a disfrutar de una película 3D con todas las letras. Van a ver que los personajes salen de la pantalla en serio. A Gaturro lo van a sentir como un muñeco que uno puede abrazar y tocar."

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